LA IMPORTANCIA DEL MARCO NORMATIVO PARA LA COMERCIALIZACIÓN DE ANIMALES DE COMPAÑÍA.
- Melania Chavez Jaimes
- 16 ene 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 23 oct 2023
Para poder entender adecuadamente el papel que juegan las mascotas o animales de compañía en el desarrollo de las personas y nuestra sociedad, debemos remontarnos alrededor de 10,000 años atrás, a los inicios de la domesticación de especies.
En un principio, la domesticación de diferentes especies animales se llevó a cabo para fines de conveniencia de las comunidades humanas que les permitieron asentarse y desarrollarse en otros ámbitos que nos ha permitido evolucionar a la complejidad social, cultural y tecnológica que ha alcanzado la humanidad hoy en día. Dentro de esta evolución, la interacción del ser humano con la naturaleza ha pasado de ser meramente una fuente de recursos para la subsistencia hasta convertirse en un modelo de admiración y fuente de inspiración para el desarrollo de la humanidad como la entendemos en la actualidad.
¿Cómo fué el proceso de domesticación?
Con el paso del tiempo, se fueron seleccionando las especies con características más deseables para el desarrollo de las comunidades dejando espacio para nuevas actividades y evolución de la humanidad, y como consecuencia de la interrelación del ser humano con los animales que domesticaba, se comenzaron a desarrollar vínculos cuya influencia pasó de ser meramente alimenticia para formar parte del desarrollo social y cultural de la vida humana.
El proceso de domesticación de especies no ha dejado de desarrollarse a lo largo de los siglos y hoy en día encontramos especies domésticas que no podrían haber evolucionado al punto en que se encuentran en la actualidad sin la intervención y selectividad humana y que no podrían subsistir en el medio natural por sí mismas.
El papel de las mascotas:
El desarrollo de la sociedad difícilmente podría entenderse sin la interacción y aportación de los animales domésticos.
La interacción de algunas de estas especies han trascendido al círculo familiar y personal desde hace siglos y su interacción e influencia con el ser humano ha tomado una importancia fundamental en el desarrollo emocional de la personalidad del ser humano y por ende en su bienestar.
En la actualidad, el papel de las mascotas ha tomado una relevancia aún mayor. Las circunstancias del desarrollo y la vida moderna han colocado a los animales de compañía en un punto central del correcto desarrollo humano.
Existen muchos estudios psicológicos que certifican el beneficio del contacto y convivencia de las personas con animales de compañía en la salud humana. También hay datos concretos respecto a terapias asociadas con animales para tratar desórdenes de personalidad y sociabilidad como la depresión y el déficit de atención. Está comprobado que la gran mayoría de las personas que con conviven con animales de compañía tienen un mejor sistema inmunológico, desarrollan mejores habilidades sociales, tienen un mejor sentido de la responsabilidad, mejoran su autoestima, tienen un mayor respeto por los animales, su bienestar y el cuidado del medio ambiente.
La demanda continua de satisfacer esta necesidad humana, ha llevado a desarrollar el cultivo y/o crianza en cautiverio de muchas especies vegetales y animales. La presión que existe sobre las áreas naturales debido al crecimiento de las poblaciones, la necesidad de explotar sus recursos naturales y/o el cambio del uso de estas para fines agrícolas y ganaderos ha puesto en peligro a muchas de las especies que ahí habitan convirtiendo a la cautividad en el último refugio para gran número de ellas.
Es importante tomar en consideración que el mantenimiento adecuado de los animales de compañía conlleva una gran responsabilidad y no debe tomarse a la ligera. Los animales de compañía, también llamados mascotas, no tienen la capacidad de valerse por sí mismos, por lo que su bienestar depende totalmente del ser humano y debe ser obligación de este proveer las condiciones necesarias para su bienestar.
Análisis de las consecuencias de la prohibición de la comercialización de animales de compañía en comparación con la correcta regulación de las mismas.
Como parte inherente del desarrollo del ser humano, la necesidad de tener animales de compañía ha existido y seguirá existiendo provocando una demanda continua de especímenes que satisfagan dicha necesidad. Existen algunas corrientes y grupos de personas que se encuentran en contra de la comercialización de animales de compañía con argumentos asociados al bienestar animal.
El efecto paliativo de la prohibición de la comercialización de los animales de compañía no tendría un efecto real en disminuir la demanda que la necesidad y el derecho de las personas de tener animales de compañía genera. El efecto inmediato de una prohibición de esta naturaleza sería la aparición de fuentes alternativas para satisfacer dicha necesidad contribuyendo al mercado no regulado de animales de compañía con efectos secundarios negativos asociados al contrabando de cualquier tipo de producto.
Por otro lado, este tipo de restricciones, desincentivaría la reproducción en cautiverio de animales de compañía, elevando la presión sobre las poblaciones en estado natural de especies nativas como fuente de abastecimiento para cubrir la demanda de animales de compañía, obteniendo como resultado la explotación no sustentable ni sostenible de los recursos naturales.
Algunos de estos grupos han indicado como posibilidad para satisfacer la demanda de animales de compañía a la adopción de animales rescatados. Esta opción es viable en muchos sentidos pero no puede considerarse como una solución integral para satisfacer la demanda de todos los tipos y especies de animales de compañía. Esta consideración aplicaría principalmente para una proporción de la demanda de perros y gatos pero estas no son las únicas especies de animales que están contempladas dentro de la categoría de animales de compañía, limitando de manera total la obtención legal las demás especies y provocando un mercado no regulado de las mismas.
El maltrato animal no está asociado ni debe asociarse con la comercialización de animales de compañía.
La correcta regulación y control de las condiciones en que se debe de mantener a un animal de compañía, así como la educación y sensibilización de la sociedad respecto al bienestar animal tendría un resultado mucho más efectivo en este sentido que la prohibición de la comercialización.
La correcta regulación y control de la comercialización de animales de compañía estaría íntimamente ligada con la legalidad de la procedencia de los ejemplares comercializados, coadyuvando a evitar la depredación de la fauna silvestre en vida libre. De igual manera, se podría controlar de manera adecuada la sanidad y salubridad de los especímenes comercializados que se encuentran en contacto con las personas y el trato digno de los animales en su proceso de crianza y exhibición.
Otro beneficio de la regulación la comercialización de los animales de compañía, es el poder determinar qué especies son aptas para cumplir con dicho propósito. Como ya hemos mencionado, los animales de compañía no comprenden únicamente a los perros y gatos. Existen muchas especies de animales de compañía no tradicionales como aves, peces, pequeños mamíferos y reptiles que son considerados animales de compañía y que cumplen con esta función, pero también es importante restringir y controlar especies de estos grupos que no son aptas como animales de compañía por representar un riesgo para la salud humana o bien por la dificultad de proveerles las condiciones adecuadas de bienestar. No todos los animales pueden ni deben considerarse como animales apropiados como animales de compañía.
La correcta regulación de la comercialización de animales de compañía debe incluir la responsabilidad de los comercializadores de brindar toda la asesoría e información necesarias para que las personas que deseen tener un animal de compañía tengan los elementos suficientes para brindar las condiciones necesarias de bienestar y trato digno a sus mascotas.
Idealmente, junto con la regulación de la comercialización deberá incluirse igualmente la regulación a los tenedores de animales de compañía para garantizar el trato digno de los mismos y evitar el abandono y/o liberación de cualquier de animal de compañía a las calles o el medio natural.
Una consecuencia deseable de la correcta regulación de la comercialización y tenencia de animales de compañía sería la educación ambiental, la protección del medio ambiente, la preservación de las áreas naturales y sus especies y la salud tanto animal como pública.
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